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Todo lo que sabes,

Todo lo que eres,

Todo lo que haces,

Todo lo que tienes,

Todo lo que crees,

Todo te ha servido para llegar hasta aqui,

 

¿Como seguir?

¿Como ir mas alla?

 

Es tiempo de usar

Todo lo que todavia no sabes

Todo lo que aun no eres

Todo lo que por ahora no haces

Todo lo que afortunadamente no tienes

Todo aquello en lo que no crees

 

Jorge Bucay

 

 

Amar a más de una persona a la vez, ¿Es posible?

Considero que sí puede sentirse Amor por más de una persona, pero de distinta manera. Se puede sentir amor hacia dos personas, por ejemplo, y que una implique la idea de una familia conservadora y otra, una relación más relajada.  O que de una amemos el recuerdo, lo que nos quedó, y de otra, el presente que nos brinda.   Más no creo que se pueda tener una relación de pareja con más de una persona al mismo tiempo.  Sin embargo, no estamos acostumbrados a este concepto de la vida; alguien, inexorablemente, quedará relegado a segundo plano y será considerado, y se sentirá, “amante”.

Asimismo, por lo general, cuando los sentimientos hacia una persona ajena a la pareja crecen y se afianzan, el vínculo original tiende a disolverse, ya que no se puede sostener una situación similar por partida doble, y además, quien está involucrado no puede amar del mismo modo a ambas personas.

Hoy en día, está muy en boga el concepto de “poliamor”, que, según Wikipedia, “es un neologismo que significa tener más de una relación íntima, amorosa, no necesariamente sexual y duradera de manera simultánea con varias personas, con el pleno consentimiento y conocimiento de todos los amores involucrados”. Acá resulta esencial que todas las partes que intervienen estén de acuerdo y puedan vivir tranquilas y felices, sinceramente (no que se escuden en un “no me importa” esperando que el objeto de su deseo cambie su parecer). Mi punto de vista sobre el “poliamor” es que en relaciones un tanto libres esto podría llegar a aplicarse, pero en parejas estables y constituidas, tres o más son multitud.

 

Amor Maduro

El amor es una profunda necesidad de ser uno con el todo, una profunda necesidad de disolver en uno el tú y el yo. El amor es así porque estamos separados de nuestra propia fuente. De esa separación surge el deseo de volver al Todo y de unificarse. El amor en uno mismo es valioso: no tiene ningún propósito, no tiene ningún fin. Tiene una inmensa significación; una gran alegría, un éxtasis en sí mismo. El amor no es un negocio donde importan los propósitos, las metas. Siempre hay una cierta locura en el amor...

El amor no tiene razón alguna, simplemente puedes decir. “No sé, todo lo que sé es que amar es experimentar el espacio más hermoso dentro de uno mismo.” Pero eso no es un propósito, mucho menos un truco. Ese espacio no es mental, ese espacio no puede ser convertido en una comodidad, este espacio es como un capullo de rosa con una gota de rocío sobre sí brillando como una perla, y con la primera brisa de la mañana y al sol, el capullo está bailando. El amor es la danza de la vida.

Amor es el encuentro, el encuentro orgásmico de la vida y la muerte, y para alcanzarlo, hay cuatro pasos que deben recordarse. El primero: estar aquí y ahora, porque el amor sólo es posible en el aquí y ahora, no se puede amar en el pasado. El segundo paso hacia el amor es: aprender a transformar tus venenos en miel. El tercer paso hacia el amor es: compartir tus cosas positivas, compartir tu vida, compartir todo lo que tengas, todo lo bello que tengas, no lo escondas, aún las lágrimas son hermosas. Y la cuarta, sé la nada, porque una vez que comienzas a pensar que eres alguien, te estancas, entonces el amor no fluye, el amor sólo fluye de alguien que no es nadie, el amor mora sólo en la nada. Cuando estás vacío, hay amor, cuando estás lleno de ego, el amor desaparece. El amor y el ego no pueden converger, es allí cuando damos por hecho las cosas y comenzamos a solo pensar en nosotros mismos y olvidamos la conquista diaria. El amor es una flor muy frágil. Tiene que ser protegido, tiene que ser reforzado, tiene que ser regado; sólo entonces se fortalece.

El amor no es un negocio, hay que dejar de tratarlo como tal, de lo contrario malogras tu vida, el amor y todo lo que hay de hermoso en ello, porque todo lo que es bello no es en absoluto negociable. Los árboles florecen, no es un negocio; las estrellas brillan, no es un negocio y no tienes que pagar por ello y nadie te exige nada. Un pájaro viene y se posa en tu puerta, te canta una canción y no te pide un certificado o algo así, ha cantado su canción y luego, alegremente se va volando, sin dejar huellas. Así es como crece el amor, da y no esperes a ver cuánto puedes conseguir. Cuando no tienes amor, le pides al otro que te lo dé, eres un mendigo y el otro te está pidiendo que se lo des a él o ella; ahora bien, dos mendigos extendiendo sus manos uno al otro y ambos con la esperanza de que el otro lo tenga... Naturalmente ambos se sienten derrotados y ambos se sienten engañados, esta es la paradoja, aquellos que se enamoran no tienen amor, por eso se enamoran, y porque no tienen amor, no pueden darlo. Y algo más: una persona inmadura sólo se enamora de otra persona inmadura, porque sólo ellas pueden comprender el lenguaje de la otra. Una persona madura ama a una persona madura. Y cuando una persona inmadura ama a una persona inmadura, el problema básico del amor es madurar primero.

Cuando dos personas maduras sienten el amor, ocurre uno de los fenómenos más bellos: están juntos y sin embargo tremendamente solos; están tan unidos que casi son uno. Pero su unión no destruye su individualidad, de hecho, la realza. Dos personas maduras enamoradas se ayudan mutuamente a ser más libres, sin cadenas. No considero que en ambos seamos personas completamente maduras, mucho menos en el amor, sin embargo estoy segura que la inmadurez, poca o mucha, de cada uno la podemos trabajar a fin de llegar a un amor maduro, un amor que cada día sea enriquecido por la confianza, la madurez y el amor mismo de ambos dos. Yo te amo, no puedo evitarlo, no es cuestión de que pueda amarte o no, simplemente te amo, el amor es así, aguanta, lucha, vive, siente, sufre y de nuevo ama. TE AMO

A mis 30 años

 

Como pasa el tiempo, hace ya tres décadas que llegué a este mundo, fui una nena no planeada, aunque no por ello mal recibida, por el contrario, me han querido, y mucho, tal vez más de lo que pueda merecer.  Debo  confesar que pese a mi edad trato de mantener a mi “niña interna,” y creo que las personas que me conocen pueden dar fe de ello.

Yo no creo que la vida se deba vivir con las reglas impuestas por otros, tampoco creo que deba vivirse sin reglas, creo firmemente que la vida se debe vivir con la finalidad de ser felices durante todo el camino; muchas veces ser feliz significa ayudar a alguien, muchas otras empujar a otros,  (creo que por ello y orgullosamente elegí mi profesión),  y siempre, siempre he tenido claro que todo en esta vida se nos regresa para bien o para mal, la factura nos llega y además,  regresa en esta vida, no en otra.  Así, cualquier decisión que elija tendrá aquí y ahora más repercusiones que las evidentes.  

No quiero, ni puedo ser mal agradecida con la vida, hoy a mis treinta años recuerdo cuando tenía quince, hace quince años cuando disfrutaba de la adolescencia, donde tenía toda la vida y el mundo por delante, ilusiones, sueños, esos días donde creía que la inocencia, la transparencia y la burbujita donde vivía serían eternas; esos días en que el mundo era multicolor, con el eterno amor de mis padres y hermanos que me dieron una infancia bella, a cada uno de ellos gracias por ser mi gran soporte, por darme y enseñarme su amor incondicional, por las enseñanzas, por el impulso, por los cuidados, por su gran amor, por el gran amor de familia que al día de hoy puedo decir orgullosamente aún está y es más grande que hace treinta años.

El tiempo pasó, dejé los quince y a lo largo de estos años aprendí y hoy sé que no me gusta joder a quien no me jode, así como no lo pienso dos veces en joder a quien a mí lo hace, de igual forma no lo pienso dos veces en ayudar a quien lo necesita, creo en la reciprocidad, creo que si alguien me da respeto no merece menos que eso, que si alguien me da su amistad no merece menos que amistad, que si alguien me traiciona no se merece eso, se merece una puñalada de frente y delante de todo el que pueda verlo, creo que cuando la tormenta viene, porque indudablemente existen momentos en que la tormenta llega, debo dar gracias por tener la oportunidad para demostrar de que soy capaz, de que estoy hecha.   Estoy segura que una vida sin retos no sería una vida plena, porque una vida donde todo es fácil no es vida.  

Hace mucho, o tal vez nunca me ha importado lo que piensen los demás, soy de esas personas que siguen el “valemadrismo” porque al fin y al cabo reprimir es dejar de vivir, porque una vida sin riesgos no es vida, porque la vida debe vivirse siempre bajo la consigna de ser feliz, como hace tiempo encontré en un libro de Osho: “La única responsabilidad que tiene el ser humano es ser feliz”, y por fortuna puedo decir que sí, Aquí y Ahora soy feliz. .

El tiempo me mostró y  aprendí que cuando odie el color rosa termino siendo uno de los que más me agradan,  que cuando odiaba las redes sociales termine siendo una adicta a ellas, y no me avergüenzo porque no pretendo ser jamás esclava de mis palabras, porque sé, todos estamos expuestos a equivocarnos, a cambiar de parecer, y esto nos hace ser más humanos y más comunes de lo que podamos pensar.

A mis treinta años, sé lo que es la amistad, lo que es el amor, lo que es la violencia, lo que es la paz, lo que es la honestidad, lo que es la mentira, lo que es la envidia, lo que es un abrazo, lo que es un rechazo, lo que son los celos, lo que  es la enfermedad, lo que es la salud, lo que es el enamoramiento, lo que es enamorarse, lo que es desenamorarse,  conozco al bien, conozco al mal, sé lo que es abrir los ojos y agradecer a Dios por el nuevo día, sé lo que es tener problemas, se lo que es recibir bendiciones, sé que el hombre y la mujer perfectos no existen, así como tampoco los más imperfectos, porque una misma persona hoy puede ser perfecta y en diferente época para los mismos ojos no serlo.

He tenido la fortuna de conocer grandes personas, amigos que me han mostrado caminos que no conocía, hermosos lugares de fantasía, hermosos jardines que invitan a caminar sintiendo el pasto en los pies, caminos largos rodeados de árboles frutales y carrizos donde sentía en cualquier momento podría saltar un oso panda y darme un abrazo, cascadas, arroyos, sol, lluvia, calor, frío….  Agradezco a cada una de las personas que han dado momentos hermosos a mi vida, gracias por su amistad, por cada día vivido, por la sinceridad, por la alegría, por los sueños compartidos,  por las risas, por las lágrimas, por la complicidad, por la paciencia, por el compañerismo, por los abrazos, por la lealtad, por las enseñanzas, por el tiempo, por el amor, por las tazas con café, por los brindis, por las largas charlas, por las desveladas, por los fines compartidos, por las locuras, por las corduras, por las palabras, por los silencios, por las andanzas, por aceptarme tal y como soy, por siempre llegar y estar en el momento justo, no antes, no después.

Confieso que a mis treinta años suelo ser excéntrica, egocéntrica, difícil de comprender, pero también confieso que me pueden preguntar y contestaré con la verdad, he comprendido que a mis amigos les agrada esto antes que recibir una mentira en la cara, con el único fin de ser políticamente correctos.  Debido a ello, he aprendido a valorar más a mis amigos que no me dan siempre la razón, como bien dicen no hay nada material que el dinero no pueda comprar, pero la sinceridad y la lealtad no se compra con nada. 

Siento que a mis treinta años apenas estoy comenzando a vivir, aunque para algunos sea incluso ridículo no quiero y no voy a abandonar mis ilusiones y principios que viví y adopté como filosofía de vida hace ya algunos años, sin olvidar la libertad de vivir lo que realmente siento, dejando a un lado el temor al ridículo, al que dirán, o por ser distinta.   

Ahora que dejo los “vein-tes” y entro a los “tas”, llego a la conclusión que nunca he tenido la razón, pero que tampoco me he equivocado, porque hasta equivocarse es correcto, porque quien no se equivoca nunca va a tener la razón, y justo de mis errores he aprendido las mejores cosas de mi vida.  Aquí y ahora, en mi “TAS”, seguiré liberando a la niña que llevo dentro, permitiendo que sueñe, que se ilusione, que no olvide que las hadas existen, que continúe andando para alcanzar esos sueños e ilusiones;  siento que la vida trae muchos retos, esto me alegra porque me brinda la oportunidad de crecer y espero seguir aquí y disfrutar con cada una de las personas importantes en mi vida el tiempo que Dios lo permita, no sé cuanto más, pero el tiempo que sea lo viviré como siempre al máximo, estoy segura que el tiempo, poco o mucho,  será el necesario para cumplir la misión encomendada en este mucho, y si, me encantaría fuera mucho tiempo para disfrutar aún más cosas con cada una de las personas importantes en mi vida, pero si no es así, sábete que se te quiere, que se te ama, y si ya no estoy,  mi Ángel y esencia  seguirán siempre junto a ti.

Gracias por caminar a mi lado y compartir tantas cosas conmigo, gracias por respetar mis canas, que aunque no se ven a menudo, ahí tan.  Por esto y más GRACIAS.

Ady

Decálogo de la buena suerte

 

Cinco cosas para hacer:

1.       Siéntete Afortunado

2.       Desarrolla tu Autoestima

3.       Confía en tus Recursos y Capacidades

4.       Usa tu Creatividad

5.       Aprovecha tu Intuición

 

Cinco cosas para evitar

1.       No dejes de ser agradecido

2.       Nunca desprecies tus pequeños logros

3.       No te resistas a los cambios

4.       Nunca permitas que te abandone el buen humor

5.       Jamás te olvides e tus sueños

Proverbios

 

  1. No te digas: “Haré lo que pueda”, dite: “Haré lo necesario”. La mejor arma es la que esa cerca de tu mano.
  2. Si no estás aquí, estás lejos. A la distancia de un centímetro o de un kilómetro, es la misma ausencia. (A una mínima distancia, el orgasmo aún no es orgasmo)
  3. No te tomes siempre  a ti mismo por medida. Ponte en el lugar de los otros. Para la rosa sus espinas son sus amigas.
  4. Algunos padres cuando dicen: “¡Nuestro niño crece!”, olvidan que su vida se acorta.
  5. No te preocupes de lo malo que digan de ti: el ladrido de los perros no le hace daño a una nube.
  6. No desprecies a las personas que te parecen feas. Los leños torcidos dan llamas rectas.
  7. La realidad, en gran parte, es lo que tú crees que es. El que anda con los ojos cerrados acusa al mundo de ser sombrío.
  8. No des valor a los otros solo por su notoriedad. Puedes saber cuántas manzanas hay en un árbol, pero no cuántos árboles hay en una manzana.
  9. Todo pensamiento solo adquiere valor cuando lo aplicas a la realidad. Si tu espalda es demasiado corta, alárgala dando un paso.
  10. No contestes una agresión con otra agresión. Los envidiosos lo hacen por hambre de cariño. Si te lanzan una piedra, lánzales un pan.
  11. Si encuadras la verdad, la petrificas. ¿Podrías poner un rio en un marco? ¿Podría colgar ese río enmarcado en tus paredes mentales?     

La Magia entre tú y yo.

Mucho se habla, se intenta y se propone sobre la magia, pero lo cierto es que no existe una fórmula para producirla, ni manera para describirla. La magia siempre será un misterio, si no, no sería magia, y en la pareja la magia, lo es más; sólo la conoce aquel que la ha experimentado, como si fuera algo que se da o no se da, casi independientemente de lo que se haga. Sin embargo, y como siempre, hay dos cosas que sí podemos hacer: reconocerla, para remover aquellos obstáculos que la entorpecen hasta hacerla desaparecer, y por supuesto disfrutar de ella. 

Remover obstáculos es cuidar la magia y es absolutamente necesario hacerlo porque su presencia es tan sutil y transparente que comienzan a aparecer grietas en la pareja, hasta que la magia se escurre sin que nos demos cuenta.  Así como los baobabs dicen al Principito: “Hay que mantener tu casa libre de arbustos indeseables…, si uno se descuida pueden crecer y crecer hasta destruir tu planeta”.   Pero, ¿Cómo reconocer los arbustos peligrosos si a veces parecen rosales? ¿Cómo reconocer las grietas apenas se producen? ¿Cómo cortarlas desde la raíz?

Cuando vivimos la herida de una separación un dolor profundo se apodera de nosotros, por lo que solemos cerrarnos y tomar distancia del amor.  Pero tarde o temprano, y aunque sea a pesar nuestro, el ansia de volver a amar aparece nuevamente y con ella la posibilidad de nuevas relaciones.  Sin embargo, si el sufrimiento fue mucho, nada será igual. La experiencia del dolor ha quedado inscrita en el cuerpo y el miedo a sentirlo nuevamente nos vuelve sin advertirlo, distantes, cerrados, desconfiados…, pero, como en todo, la magia en la pareja siempre tiene dos opciones existenciales: estamos en el amor o estamos en el miedo. Cuando me instalo en el miedo tiendo a ser herida y el corazón se cierra, el ego toma el control y quiero un disfrute sin riesgos, me vuelvo posesiva, quiero todo de todos, que me contengan, que me tengan en cuenta permanentemente, que no me sofoquen, ni me manipulen. Quiero, quiero y quiero…, así, hasta mi dar es evaluado según lo que he de recibir.

Es importante recordar que cada relación es una nueva oportunidad para resolver viejos problemas; en la intimidad vemos con claridad que él o ella ven los nuestros.  Así, si sabemos mirar, en la pareja hay un aprendizaje forzoso del otro, y justamente por eso podemos llegar a conocer mucho de nosotros mismos. Por otro lado, los conflictos en la pareja muestran nuestros puntos vulnerables, por eso, si los sabemos aprovechar, cada pareja nos brinda la ocasión de conocernos y madurar. Cuando me doy cuenta de esto, aparece la tentación de cerrarme al amor, de esconder esa particular magia en la pareja, esa magia que conlleva las posibilidades y las dificultades de cualquier camino de crecimiento.

En ocasiones me propongo quedarme andando en círculos entre los telones grises de mi mundo “seguro”, pero hoy decidí olvidarme del miedo y empujarme por mi deseo de saberme y sentirme viva, viva para intentarlo de nuevo, para iniciar una historia, una historia de amor.  Una historia que nace del amor, del deseo, de la voluntad, una voluntad que busca prosperar y propiciar el desarrollo propio, el tuyo, el nuestro y hacer cada uno más fuerte. 

No soy ni pretendo ser tu “media naranja”, porque te reconozco como un ser completo y a su vez me asumo como tal; creo firmemente que no existen las parejas perfectas, nosotros mismos como individuos no lo somos, considero más bien que el amor romántico y la cultura que siempre ha querido mostrar que dos almas gemelas se unen por el destino y sortean todos los obstáculos, han venido más a dañar que a fortalecer el crecimiento de parejas que nacen de esta ideología, tal y como sucede con los arbustos de los baobabs. Considero que los obstáculos deben identificarse como esos arbustos disfrazados de rosales que solo buscan opacar la felicidad de un rosal, que si bien tiene espinas, estas ayudan a la rosa a defenderse para seguir viva. Por ello e pido, no dudes, no te arrepientas, no temas; permíteme luchar contra esos arbustos, contra prejuicios e ideologías que lo único que buscan y logran es sembrar temores, dudas, ansiedad…., permíteme demostrar lo mucho que te quiero y lo importante que eres en mi vida, permíteme y permítete comenzar de nuevo, construir bases sólidas que apoyen el crecimiento día con día, sentir, disfrutar, amar.

La realidad en la pareja para mí, es diferente, con el amor no basta; para prosperar en la relación necesito ser una naranja completa que quiera compartir un proyecto de vida con otra naranja, y a su vez que esa naranja quiera compartir tiempo y espacio conmigo, porque dos naranjas pueden producir un dulce y delicioso jugo, mientras que dos medias naranjas causarían solo miserias.